domingo, 29 de junio de 2008

Algunos domingos...

Algunos domingos se siente más pesado...
Algunos domingos paso del tedio a la porcanza,
del buen rato al indomable deseo de salir por la ventana.

Algunos de estos los uso para dormir,
otros para trabajar y deshechar las horas,
Algunos domingos me acuerdo del Sabado,
otros me olvido del tiempo y cuando menos se espera,
se muere el día con la velocidad de la adolescencia.

Algunos domingos desayuno tarde,
Algunos domingos ignoro el fútbol,
Algunos domingos escribo,
otros no.

Este domingo fue tarde,
no se está en ninguna parte,
no se piensa demasiado,
Este domingo es amarillo.

Que nadie diga que el domingo es miserable,
no le demos el gusto ni el derecho,
Arranquémosle el titulo y la vida,
Quedémonos desdomingados y solos.

Ay de quienes ven en estas letras,
más alla que un reclamo por los días,
que se encuentren un domingo sin familia,
que se encueren en la plaza o destrozen con sus sueños el porqué.

Algunos domingos trato de despertar,
me digo a mi mismo que no todo está perdido,
Algunos domingos hablan del espacio estático,
y en el espacio estático me quedo,
Algunos domingos te extraño,
Algunos otros también...

domingo, 22 de junio de 2008

Bloody Sunday

La cosa es buscar responsables, y siempre es más facil encontrarlos en un lugar que no sea dentro de la maquina no-mecánica. Es más dificil culparse a sí mismo sin encontrar que hay una terrible pulsión de muerte que nos guía hacía nuestra propia negación. Te preguntarás por qué digo esto, y la respuesta es sencilla: prefiero pensar que mi mundo se construye positivamente hacia afuera, y que en el proceso de esa exteriorización me libro de cualquier negatividad interna.
Pero el culpar y ser culpado no proviene simplemente de la pena (me atrevo a decir que el azar no tiene mucho que ver), sino que viene del determinismo absoluto del mundo y de nuestro papel en él: no tiene mucho sentido culpar a alguien si no pensamos que hay algun mecanismo causal que nos permita identificar, al inicio de esa linea, a alguien o algo que sea el/lo causante de todo esto que acontece. Se me puede objetar: "¿Y entonces donde queda la libertad?" A lo que respondo tajantemente: No hay libertad. Asi de sencillo. De paso culpo a Dios de todo esto (Naturaleza, Yavé, Alá, o el que más te funcione). Y hermano mio, porfavor que esto no te sorprenda, porque aqui ninguno de los dos es culpable de nada; hemos estado de acuerdo con nuestras muy particulares naturalezas: haciendo en nuestras trincheras lo que más nos apasiona, lanzando abrazos y gritos lejanos y esperando a que por azares del destino (azar que no es azar en lo absoluto) le lleguen al otro; de lo único que somos culpables es de atrincherarnos en nuestros cálidos capullos. Y lo que sucede aquí es mas bien curioso, y se parece a algo asi como un telefono descompuesto: ¿qué tan cálido es un abrazo de e-mail? ¿cómo se siente que te mire una ambigua fotografía de años atras? ¿y los labios...? mejor no hablemos de los labios.

No hay libertad, y no hay problema con eso, porque estamos destinados simplemente a ser concientes de nuestras determinaciones y a seguirlas lo más honestamente posible. Entonces: ¿De que va todo esto? Pues justo de eso: de probar los límites de nuestras trincheras, de hacer concientes nuestras propias determinaciones, de culpar a otro o a sí mismo, de objetar ante el absoluto nuestra incapacidad para tomar la desición de materializarnos simultaneamente en algun lugar de esta gran urbe, de contar uno que otro sueño, de engañar a la memoria y de tergiversarla, de mirarse al espejo y reconocer al otro, ese otro que se esconde desde dentro...

Pero no me hagas mucho caso, en realidad los domingos tengo un ánimo particularmente determinista...

sábado, 14 de junio de 2008

Y... ¿De que va?

Si se trata de buscar culpables.... los encuentro en los espejos más seguido de lo que ellos me encuentran a mi. Algunas veces los culpables se esconden en el tiempo y se quedan ahi agachados detras de algún minuto o alguna hora confundible, y ahi agazapados, los culpables se esperan mutuamente con el hambre del cazador y la paciencia del lobo. Minuto a minuto se les acaban los días para saltar y declararse culpables de todo: de las enfermedades, de los choques automovilísticos, de la codicia y del desaparecer en el aire sin dejar rastro.

¿De que se trata? se preguntan los culposos ¿De que va el interminable deseo por culpar y ser culpado, de saberse a merced de las penas y azares, encontrando un sosiego en la culpabilidad?

Me siento en el pasto mojado y tienes ese sueter de lana gigantesco (blanco con bordados cafés?), ebrio y vulnerable muero de frío, no es tanto un abrazo como un hogar, la lluvia se detiene en el tiempo y se queda flotando afuera mientras el frio se va a dormir dentro de la casa. Veo la cara pero es sonrisa, veo la hora pero es tarde, las cosas que se dicen sin remedio matan las que no se dicen por nostalgia; la culpa es del entorno, no de la suma de las partes... Recuerdo los deseos adolescentes, traiciono a las memorias que me mienten, te culpo de unas memorias más hermosas, te extraño entre algunas otras cosas....

Se cumple el ciclo ping-pong te toca...

martes, 10 de junio de 2008

Yo creia que sí pero más bien no, o al revés


Miren bien a este sujeto. No se dejen engañar. Dice que ladra pero no muerde, lo cual es una absoluta mentira.
Recuerdo perfectamente: era el 31 de diciembre de algun año 2000, en alguna playa, detalles más detalles menos. Las cartas me habían vaticinado cosas terribles, y sin embargo dias antes habia estado agitando unas maracas junto a una fogata: ¿qué se puede hacer cuando te dicen el futuro? Pues nada, solo esperar que en todo caso no se cumpla, y tener fe en que nuestra agencia moral tiene todavia algo que decir en este mundo. Pero bueno, el caso es que les pido atentamente que miren bien a este sujeto, porque a pesar de su ambigüedad, a pesar de tener la cualidad de estar fuera de foco, la imagen es más nitida de lo que parece: nomas hay que hacer un poco de vizcos y listo (asi como esas imagenes que solo develan su forma despues de verlas unos segundos, hasta con tres dimensiones y toda la cosa)). Muy bien, después de hacer eso podrán entender el trozo de historia que les contaré. Decía que estabamos en la playa ,en un año no tan lejano, era de noche y nadie parecía estar celebrando el año nuevo, lo cual no nos importó: pusimos unas cuantas velas y bebimos algo, cerveza creo,¿o mezcal? ¿vino? ¿CHAMPAGnE?, no recuerdo, pero el caso es que la luna estaba enorme y las olas cavaban en la arena. El susodicho decidió que era buen momento para nadar, con lo cual yo estaba en absoluto desacuerdo, cosa que no le importó. Se quitó su playera, sus bermudas y salió corriendo en boxers hacia el mar: aparentemente estaba muy ebrio y muy feliz, pero no lo suficiente como para realmente meterse a nadar al mar... Pude verlo zambullirse en las olas y nadar hacia lo lejos, cada vez mas lejos. Le di un trago a la cerveza/mezcal/tequila/bla y decidí que era momento de acabar con su broma de año nuevo: corrí lo mas rapido que pude y de un solo salto me metí en el mar. Nadé y nadé, creyendo que iba tras de él, pero me quivocaba: la playa ya quedaba muy lejos cuando escuché que el susodicho me gritaba desde la orilla. "Dante! Dante! mira la luna!! la lunaa!!". Ahi fue cuando me di cuenta que todo era un engaño, y que habia sido mordido en la yugular: volteé a ver la luna solamente para darme cuenta que su luz se extinguía. "No me sorprende", pensé, "en estas épocas del año no es bueno confiar en entidades borrosas"...

No contaré cómo fue que me rescataron, solo diré que involucra una muñeca inflable y un grupo de marinos. Pero eso no es lo que importa. Lo que importa es que reconozcan a este individuo, y estén muy atentos, porque yo crei que él no me iba a traicionar pero mas bien sí.

tengan cuidado