Si se trata de buscar culpables.... los encuentro en los espejos más seguido de lo que ellos me encuentran a mi. Algunas veces los culpables se esconden en el tiempo y se quedan ahi agachados detras de algún minuto o alguna hora confundible, y ahi agazapados, los culpables se esperan mutuamente con el hambre del cazador y la paciencia del lobo. Minuto a minuto se les acaban los días para saltar y declararse culpables de todo: de las enfermedades, de los choques automovilísticos, de la codicia y del desaparecer en el aire sin dejar rastro.
¿De que se trata? se preguntan los culposos ¿De que va el interminable deseo por culpar y ser culpado, de saberse a merced de las penas y azares, encontrando un sosiego en la culpabilidad?
Me siento en el pasto mojado y tienes ese sueter de lana gigantesco (blanco con bordados cafés?), ebrio y vulnerable muero de frío, no es tanto un abrazo como un hogar, la lluvia se detiene en el tiempo y se queda flotando afuera mientras el frio se va a dormir dentro de la casa. Veo la cara pero es sonrisa, veo la hora pero es tarde, las cosas que se dicen sin remedio matan las que no se dicen por nostalgia; la culpa es del entorno, no de la suma de las partes... Recuerdo los deseos adolescentes, traiciono a las memorias que me mienten, te culpo de unas memorias más hermosas, te extraño entre algunas otras cosas....
Se cumple el ciclo ping-pong te toca...
sábado, 14 de junio de 2008
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