martes, 10 de junio de 2008

Yo creia que sí pero más bien no, o al revés


Miren bien a este sujeto. No se dejen engañar. Dice que ladra pero no muerde, lo cual es una absoluta mentira.
Recuerdo perfectamente: era el 31 de diciembre de algun año 2000, en alguna playa, detalles más detalles menos. Las cartas me habían vaticinado cosas terribles, y sin embargo dias antes habia estado agitando unas maracas junto a una fogata: ¿qué se puede hacer cuando te dicen el futuro? Pues nada, solo esperar que en todo caso no se cumpla, y tener fe en que nuestra agencia moral tiene todavia algo que decir en este mundo. Pero bueno, el caso es que les pido atentamente que miren bien a este sujeto, porque a pesar de su ambigüedad, a pesar de tener la cualidad de estar fuera de foco, la imagen es más nitida de lo que parece: nomas hay que hacer un poco de vizcos y listo (asi como esas imagenes que solo develan su forma despues de verlas unos segundos, hasta con tres dimensiones y toda la cosa)). Muy bien, después de hacer eso podrán entender el trozo de historia que les contaré. Decía que estabamos en la playa ,en un año no tan lejano, era de noche y nadie parecía estar celebrando el año nuevo, lo cual no nos importó: pusimos unas cuantas velas y bebimos algo, cerveza creo,¿o mezcal? ¿vino? ¿CHAMPAGnE?, no recuerdo, pero el caso es que la luna estaba enorme y las olas cavaban en la arena. El susodicho decidió que era buen momento para nadar, con lo cual yo estaba en absoluto desacuerdo, cosa que no le importó. Se quitó su playera, sus bermudas y salió corriendo en boxers hacia el mar: aparentemente estaba muy ebrio y muy feliz, pero no lo suficiente como para realmente meterse a nadar al mar... Pude verlo zambullirse en las olas y nadar hacia lo lejos, cada vez mas lejos. Le di un trago a la cerveza/mezcal/tequila/bla y decidí que era momento de acabar con su broma de año nuevo: corrí lo mas rapido que pude y de un solo salto me metí en el mar. Nadé y nadé, creyendo que iba tras de él, pero me quivocaba: la playa ya quedaba muy lejos cuando escuché que el susodicho me gritaba desde la orilla. "Dante! Dante! mira la luna!! la lunaa!!". Ahi fue cuando me di cuenta que todo era un engaño, y que habia sido mordido en la yugular: volteé a ver la luna solamente para darme cuenta que su luz se extinguía. "No me sorprende", pensé, "en estas épocas del año no es bueno confiar en entidades borrosas"...

No contaré cómo fue que me rescataron, solo diré que involucra una muñeca inflable y un grupo de marinos. Pero eso no es lo que importa. Lo que importa es que reconozcan a este individuo, y estén muy atentos, porque yo crei que él no me iba a traicionar pero mas bien sí.

tengan cuidado

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